Las competencias parentales aluden a las capacidades prácticas con las que cuentan aquellos adultos que ejercen labores de cuidado, formación, educación y crianza de niños, niñas y adolescentes. Esta competencia no se reduce solo a la relación de cada padre, madre o cuidador con su hijo (a), sino que involucra a la parentalidad conjunta, es decir, el ejercicio de la crianza con un otro, que no necesariamente va ser un padre o madre, sino que puede ser otro familiar o adulto, esto es la coparentalidad.
El tema de la crianza de los hijos no está excento de prejuicios, toda vez que se dice que no existe un manual o libro para aprender a criar a los hijos, lo que en estos tiempos no es asi, en tanto es p
Existe amplia evidencia científica sobre el rol que ejerce una sana coparentalidad entre los padres en el ajuste psicológico de los hijos, en particular cuando estos se separan, es decir, más allá de lo que significa para los hijos que sus padres se distancien, la relación entre estos sigue siendo muy relevante para la adaptaicón de los hijos a la nueva realidad familiar.
La coparentalidad es una competencia, por lo tanto es aprendida.